La hipertensión aparece sin que exista una enfermedad que la justifique. Generalmente se manifiesta en casos de arteriosclerosis, atrofia renal, nefritis, menopausia, afecciones endocrinas, afecciones de la sangre.
Puede aparecer después de un ejercicio violento, emociones fuertes, ataques de nefritis aguda (inflamación del riñón causada por infecciones tóxicas o enfermedad autoinmune (el sistema inmunitario comienza atacar al propio organismo)
Suele aparecer alrededor de los 40 años en individuos obesos.
En ocasiones los síntomas no son específicos y se descubre que la persona es hipertensa cuando se le toma la presión sanguínea. Pero otras veces, aparecen alteraciones como: fatiga nerviosismo, palpitaciones, insomnio, dolor de cabeza, escalofrios. La capacidad intelectual y sexual disminuye.
Una presión alta puede traer complicaciones como hemiplejía, hemorragias cerebrales, apoplejía, nefitis aguda, uremia, angina de pecho, edema agudo de pulmón.
Un primer especialista recomendará como primera medida evitar el consumo de sal en tu alimentación y diuréticos
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